28 de febrero de 2013

Por amor a la música: HIGH and MIGHTY COLOR - Gõ on progressive


Una semana más preparamos la maleta y pasamos bajo el arco metálico (sin olvidar envasar todos nuestros líquidos en botes de menos de 100 ml) y nos subimos al avión con un nuevo rumbo gracias a las aerolíneas Por amor a la música. Nuestro piloto hoy es Pupilo Dilatado y el destino, para regocijo de un servidor, es el país del sol naciente.


Sabía que tarde o temprano alguien pondría Japón en juego (y si no lo hacían ya me iba a encargar yo) de manera que hace unos días hice una selección de entre los grupos nipones que suelo llevarme a los oído. Descartados Maximum the Hormone (pues no han sacado material nuevo desde mi entrada presentándolos y no es cuestión de repetirse) y Boris (a los que no tengo tan escuchados como me gustaría) los siguientes en la lista eran, sin duda alguna, HIGH and MIGHTY COLOR.

Como la mayoría de mis conocimientos sobre cultura japonesa, mi pasión por estos chicos comienza con el opening de un anime, en concreto con el del segundo arco de Bleach. Ichirin no hana (Flor solitaria) se llamaba aquel pepinazo a medio camino entre el nu y el heavy metal, con una voz femenina profunda en contraste con la voz de ardillita melosa que suelen tener las japonesas. Me cautivó tantísimo el tema que comencé a bucear en su discografía tirando de eMule (madre mía, qué tiempos) porque como comprenderéis, no me voy a dejar las perras en discos de importación sin saber siquiera si me gustan. No habría sufrido mucho de haber desembolsado, la verdad.


Tras abandonar una banda tributo a Metallica, Sassy (batería y líder) y Meg (guitarra rítmica, nada que ver con Mila Kunis) se unen a Mackaz (bajo), Kazuto (guitarra solista) y Yuusuke (voz) se unen para fundar Anti-Nobunaga. Tras enviar varias maquetas a diferentes discográficas hasta que finalmente, un pequeño sello decidió darles el visto bueno para tocar en unos cuantos festivales. Fue durante el verano de 2003 en Okinawa que un ojeador de la subsidiaria japonesa de Sony Music les ofreció producir un par de temas para un recopilatorio. El mismo ojeador había estado hacía poco en el Music Picnic Festival y una muchachita que se hacía llamar Mãkii le había llamado la atención. El ojeador, que tonto desde luego no era,  pensó que si bien ni los Anti-Nobunaga por un lado ni la chica por otro tenían pinta de ir a petarlo, juntarlos podía ser una buena idea. Y aunque al principio Mãkii se mostró algo reticente, cayó rendida ante la energía que desprendían sus compañeros en el escenario cuando aceptó asistir a una de sus actuaciones.
Y así se formó HIGH and MIGHTY COLOR, gracias al ojeador de una discográfica. Si es que en el fondo, no son todos tan malos.


Antes de continuar y por si os lo estáis preguntando, no, ninguno de los componentes tiene apellido. Son como Cher. Osea, supongo que sí que lo tendrán, pero no lo dicen nunca. Bien continuemos.

En poco más de seis meses los chicos de Sony percibieron el potencial de la banda y los subieron de categoría dejándolos en manos de un sello más grande. En 2005 publican su primer álbum, Gver (sí, con el símbolo de infinito, que esta gente es muy rara), y alcanzan un éxito masivo con el single Pride, que sirvió como apertura para el anime Mobile Suit Gundam Seed Destiny, que en aquellos momentos figuraba entre los primeros de las listas de los más vistos en todo el país.

Con este pelotazo nos plantamos en 2006 y en Gõ on progressive, segundo trabajo de HIGH and MIGHTY COLOR. Si bien es cierto que Gver ya presentaba los síntomas de lo que más tarde se afianzaría como estilo de la banda, es con Gõ on progressive con el que Sassy y sus muchachos (suena a película porno homosexual, lo sé) se dejan de tontadas poperas y se centran en lo que de verdad les gusta a ellos: rock del duro y de lo más variopinto.

Si no os lo creéis, os invito de verdad a escuchar el plástico. Aquí los arrolladores ritmos de batería (porque Sassy, aunque no lo parezca, lo vale) y los riffs flamígeros que se antojan casi progresivos se mezclan con estribillos más propios del pop que tampoco suenan fuera de lugar. Aquí los sólos se guitarra al más puro estilo power metal (impresionante Kazuto en Pearl shadow, un duro puñetazo de punk hadcore hipervitaminado) pueden convivir con párrafos en los que Yuusuke (sintiéndolo en el alma, el más mediocre de la banda) intenta marcarse unos rapeos y de vez en cuando suelta algún berrido. Aquí caben desde los ritmos orientales de Haitoku no jonetsu (Pasión corrompida) al rockk surfero que se respira en Real world. La voz de Mãkii cumple con la espectativas, que no eran muchas la verdad, y todo queda, a pesar de lo que pudiera parecer, bien ensamblado y engrasado para pisotear un rato de aburrimiento.

Os dejo con los tres temas que más me gustan y que jamás me canso de oír: a un lado Tsumi (Pecado) tema cargado de rabia y agonía, un medio tiempo que late con fuerza en cada compás; y al otro lado Here I am, apoteosis de la velocidad inspirada en el metal más extremo. Además esta última os la dejo en directo, para que veáis la tralla que le meten.




Tras dos discos más con Mãkii como voz femenina (San y Rock pit) en 2009 y, tras una separación totalmente amistosa que desembocó en un concierto de despedida grabado en DVD, entraría Halca como nueva vocalista para la publicación de Swamp man, el último trabajo (y para el que suscribe casi el mejor, mucho más oscuro y maduro que los demás) antes de que a mediados de 2010 la banda dijera adiós con el corazón, alegando, pues lo de siempre, diferencias creativas.

¿Hacia dónde nos llevará Por amor a la música la semana que viene? No lo sé, pero estoy deseando que llegue otra vez el miércoles.

4 comentarios:

TSI-NA-PAH dijo...

Me lo he pasado muy bien leyendo las aventuras de estos Japos!No es mi estilo, pero me han divertido!!!Me alegra que te lo pases bien comn el juego!
A+

Alberto Secades dijo...

Parece ser que la próxima semana me va a tocar a mí.

Trataré de ponerlo sencillo. Ya tengo una idea de por dónde irán los tiros.

Espero que os resulte más sencillo a vosotros de lo que me ha resultado a mí Japón, donde me quedé atascado.

Gran trabajo. Tenéis unos conocimientos más amplios que los míos; ya veo que me divertiré más viendo (desde la barrera) que saltando a la arena a mancharme los zapatos.

Enhorabuena.

Aldo dijo...

Ya le dediqué un parrafo al amigo Pupilo Dilatado por semejante elección, pero al fin y al cabo lo interesante está justamente en descubrir cosas q nunca escuché.. aunque despues no vuelva a escucharlas, pero eso es otra cosa.. bien. Un abrazo!

PUPILO DILATADO dijo...

Veo que te lo pasas pipa Vinny, joder!! de eso se trata!!. Yo también me estreso un poco cuando sale 'la clave' el miercoles y hay que responder tan rápido, se siente adrenalina!! pero luego compensa y siempre acabas descubriendo algo que sigue enriqueciendo nuestra melomanía.

Estos High and Mighty Colour son la hostia, me llama la atención esa querencia 'indy' y 'emo' con esos arranques de locura metalera. Desde luego este Yuusuke la caga cien mil veces cada vez que le toca el turno pero menos mal que Mäkki arregla el desaguisado vocal aunque no me cuadre demasiado cuando se ponen muy bestias.

En cualquier caso, genial entrada, muy divertidas las peripecias de la banda con el ojeador que, seguro, tuvo que tener algo con Mäkki para intentar ponerla 'en el candelabro' sí o sí, o no?